Se suele recomendar los aceites esenciales de lavanda y romero para mejorar la atención y como relajante en casos de ansiedad y depresión.
Lejos de ser una moda, tiene su base científica, y se basa en los poderes de la naturaleza y nuestro recuerdo genético.
Hace años, en 1982, la agencia forestal de Japón lanzó su programa llamado shirin-yoku, que traducido quiere decir baño de bosque. Los primeros estudios demostraban que caminar cuarenta minutos por el bosque producía una mayor reducción de niveles de estrés y activación de ondas alfa que la misma caminata por la ciudad.Investigaciones posteriores confirmaron estos resultados, demostrando que la naturaleza magnifica los efectos beneficiosos de la actividad física.
Pues bien, al parecer cuando andamos por el bosque, las plantas y árboles liberan unas sustancias volátiles llamadas fitoncidas que son detectadas por nuestro sistema olfatorio.Cuando llegan al cerebro producen una reducción inmediata de las hormonas de estrés, elevando también la concentración de células NK (natural killer), un tipo de glóbulos blanco que nos protege de infecciones y de células cancerosas.
Precisamente el efecto relajante de los aceites esenciales se debería a la presencia de estas sustancias volátiles.
Dr Cruz Velarde