La capacidad de recuperarse de la pérdida de sueño es fundamental para preservar los procesos cognitivos y el funcionamiento ejecutivo.
Los mecanismos que son responsables de la recuperación de la pérdida del sueño no se conocen bien. La deleción genética del factor de transcripción circadiano Bmal1 (factor ARNT cerebral y muscular, símbolo del gen Arntl) en ratones suprime completamente la función del reloj circadiano y tiene efectos sobre el sueño que incluyen: aumento de la cantidad total de sueño, aumento intensidad del sueño del movimiento ocular no rápido (NREM) y capacidad reducida para recuperarse de la pérdida del sueño.
Los investigadores han descubierto que los ritmos intrínsecos de actividad músculo influyen en metabolismo y en el sueño. El ejercicio programado puede afectar la expresión de genes circadianos, como aquellos involucrados en el mantenimiento de las propiedades contráctiles de los músculos .
Por el contrario, la interrupción de los relojes musculares puede afectar el sueño, lo que sugiere que los ritmos en los tejidos periféricos del cuerpo retroalimentan en el cerebro, posiblemente a través de hormonas circulantes u otros mensajeros químicos.
Es decir, en resumen que los ritmos de actividad muscular retroalimentan los ritmos circadianos de sueño.
Un programa de ejercicio regular es fundamental para regular los ritmos de sueño y tratar el insomnio.
Dr Juan A Cruz Velarde
Neurólogo
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