El nervio vago es un conjunto de nervios craneales que surgen en diversas áreas del tallo cerebral. Consta de ramas eferentes o motoras que originan movimientos y secreción de hormonas, y de ramas aferentes que reciben las sensaciones de las vísceras siendo estas el 80% del total de fibras.
En los mamíferos se desarrolla un sistema polivagal, teniendo una vía primitiva no mielinizada que comparte con el resto de los vertebrados y un vía mielinizada más reciente propia de los mamíferos.
El nervio vago mielinizado produce un “freno vagal” que permite rápidos cambios conductuales. La supresión de este freno vagal nos faculta a movilizarnos rápidamente frente a una amenaza. Al finalizar la amenaza el “freno vagal” actúa produciendo calma. Un desarrollo adecuado del mismo nos permite tener relaciones sociales apropiadas.
En condiciones de estrés extremo el vagal mielinizado no puede estabilizar el organismo, actuando sistemas más primitivos propios del sistema simpático que generan la respuesta de “huir o pelear”.
En condiciones en las que no puede escapar del peligro la vía más antigua del nervio vago produce una paralización.
Al contrario de los reptiles, los mamíferos desarrollaron una vía del nervio vago con la finalidad de promover las interacciones sociales en un contexto seguro. Este controla los músculos estriados de la cara y cabeza involucrados en comportamientos emergentes como expresiones faciales y vocalizaciones. También controla los músculos del oído interno que facilita la recepción de los sonidos de alta frecuencia, propio de la voz humana y de vocalizaciones de otros mamíferos. La comunicación social es tan importante que este filtro se desarrolló aún a expensas de reducir la habilidad de detectar predadores.
La teoría polivagal describe un sistema nervioso autónomo que está influenciado por el sistema nervioso central, sensible a las influencias aferentes, caracterizado por una reactividad adaptativa dependiente de la filogenia de los circuitos neuronales e interactiva con núcleos fuente en el tronco encefálico que regula los músculos estriados del cara y cabeza.
En determinadas situaciones con TEA y Estrés postraumático, pero también en otros problemas del neurodesarrollo, se activan estas vías inconscientes de "defensa", ante el exterior, lo que repercute en aspectos de relación interpersonal y sociabilidad, ya que el organismo se "enfoca" en estar atento ante posibles amenazas del exterior. Se producen situaciones de exceso de activación de parasimpático filogenéticamente más antiguo provocando situaciones de parálisis y bloqueo emocional, atendiendo a las reacciones más primitivas reptilianas de defensa del tronco cerebral. Así mismo la percepción y procesamiento auditivos cambian ya que orientamos nuestra percepción a detectar sonidos en nuestro oído de baja frecuencia, frente a los de alta frecuencia correspondientes al tono de habla humano.
Mediante técnicas de trabajo de procesamiento auditivo podemos rediseñar y recondicionar estas la respuestas condicionadas y mejorar ciertos aspectos de comunicación social y relaciones interpersonales.
Dr Juan a cruz Velarde
Neurólogo
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