El hígado del recién nacido contiene entre 7 y 10 veces más pobre que el del adulto.
Nacemos con un exceso de cobre y se tarda de 5 a 15 años en reducirlo a nivel al nivel del adulto.
Este exceso puede ser un factor en la hiperactividad infantil, que se va solucionando con la edad a medida que disminuye los depósitos de cobre del cerebro.
El hígado del recién nacido contiene un doble exceso de cobre y de hierro, que se mantiene estable durante los seis primeros meses para poder cubrir las necesidades, ya que la leche materna deficitaria en ambos minerales. En general, el bebé almacena el mineral durante el último trimestre del embarazo.De ese modo, se asegura contar con ese elemento vital luego del nacimiento, cuando su cuerpo debe llevar a cabo numerosas funciones metabólicas.
El cobre resulta básico para la formación del cerebro y del sistema nervioso del feto. Este mineral se ocupa de la producción y del mantenimiento de la mielina, que protege las células nerviosas y cerebrales. Además, posee un papel clave en la producción de neurotransmisores, que hacen posible la comunicación entre las células nerviosas.
A partir de los 6 meses, el hígado empieza a producir ceruloplasmina y ferritina, que movilizan los depósitos de hierro y cobre y controla la absorción.
Los niños son muy sensibles a las concentraciones de cobre durante los primeros años de vida.
Un exceso de cobre puede generar sintomas relaconados con la hiperactividad o autismo.
Su principal aporte llega por contaminación externa, a través de las tuberías de agua o los recipientes de cocina.
Otras causas de aumento de cobre pueden ser la deficiencia de zinc, el uso prolongado de medicamentos de estrógeno, como las píldoras anticonceptivas, también puede contribuir a un aumento del nivel de cobre en el cuerpo,amén de enfermedades especificas del metabolismo del cobre.
En el otro lado del espectro están las deficiencias de cobre.
Los principales síntomas de la deficiencia severa de cobre son anemia, disminución de los glóbulos blancos, disminución de las plaquetas y alteraciones de los huesos. La carencia de cobre impide la absorción y la movilización del hierro que está almacenado en nuestro organismo, lo que lleva a que no haya suficiente de este metal para una producción normal de los glóbulos rojos y por tanto se desarrolla anemia, la que se recupera dando cobre.
Otra manifestación de deficiencia severa de cobre en niños, es la disminución marcada de la densidad y fortaleza de los huesos, apareciendo osteoporosis y fragilidad, con el consiguiente riesgo de fracturas. En el adulto la osteoporosis es causada por diversos factores, siendo uno de ellos la falta de cobre.
La carencia moderada y severa de cobre se acompaña de otras alteraciones, como por ejemplo menor velocidad de crecimiento en los niños, alteración de la capacidad de los glóbulos blancos de defenderse de las bacterias, disminución del sistema de defensas (inmunidad), que llevan a una mayor frecuencia de infecciones pulmonares severas. Manifestaciones menos frecuentes son la menor pigmentación de la piel y pelos, alteraciones del metabolismo del colesterol y la glucosa, aumento de la presión arterial y aparición de anormalidades del ritmo del corazón (por ejemplo: palpitaciones, latidos irregulares, etc.).
Recientemente, en adultos se ha encontrado que la falta de cobre puede producir alteraciones en la médula espinal que llevan a alteraciones de la fuerza muscular, de la sensibilidad y de la coordinación de los movimientos, que se puede o no acompañar de anemia, lo que es muy parecido a lo que ocurre cuando falta la vitamina B12.
Dr Juan A Cruz Velarde
Neurólogo
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