En pacientes con fibromialgia y fatiga crónica, es frecuente la deficiencia de L-carnitina, y su aporte junto con los nutrientes básicos, incluyendo coenzima Q10 y NADH, puede mejorar la sintomatología.
Las células necesitan un suministro continuo de energía para sus funciones desde las mitocondrias, siendo la coenzima Q10 y L-carnitina cofactores esenciales para producir el compuesto de alta energía ATP (trifosfato de adenosina). Las mitocondrias son los centros de producción de energía de la célula, necesitando altas concentraciones de coenzima Q10 y L-carnitina.
Los ácidos grasos son una fuente importante de combustible para las células y L-carnitina es necesaria para el transporte de ácidos grasos en las células a través de las membranas mitocondriales, para que puedan ser oxidados y producir energía.
En fibromialgia y fatiga crónica es frecuente la deficiencia de L-carnitina y su aporte puede mejorar la sintomatología.
Debido a la importancia de de la carnitina en la producción de energía mitocondrial, se ha sugerido que el síndrome de fatiga crónica (SFC) puede estar asociado con la homeostasis alterada de la carnitina.
Se estudiaron 44 pacientes con SFC y 49 controles sanos, igualados por edad y sexo. Los pacientes con SFC tenían alteradas significativamente las concentraciones de C8:1, C12DC, C14, C16:1, C18, C18:1, C18:2 and C18:1-OH acylcarnitines; con oleyl-L-carnitine (C18:1) y linoleyl-L-carnitine (C18:2, omega 6) 30-40% inferiores en los pacientes que en los controles (P < 0.0001). También se demostraron correlaciones significativas entre las concentraciones de acylcarnitina y sintomatología clínica.
Los investigadores proponen que esta perturbación en la homeostasis de la carnitina es refleja de una reducción de la actividad carnitina palmitoiltransferasa-I (CPT-I), posiblemente a consecuencia de la acumulación de los ácidos grasos omega 6 observada previamente en esta población de pacientes. La hipótesis es que la administración de omega 3 junto con L-carnitina aumentaría la actividad CPT-I y mejoraría la sintomatología del SFC. (Reuter 2011).
Un estudio con 35 pacientes con síndrome de fatiga crónica (SFC) (27 mujeres y 8 hombres) mostró que los pacientes con SFC tenían niveles en suero significativamente más bajos de carnitina, carnitina libre y de acylcarnitina. (Plioplys 1995).
Estrategias nutricionales para el tratamiento del síndrome de fatiga crónica.
Una revisión publicada en el 2010 que incluyó y analizó 70 estudios clínicos controlados que utilizaban diferentes formas de tratamientos complementarios y alternativos para fibromialgia y fatiga crónica, en 60 estudios se encontró al menos un efecto positivo de la intervención (86%), y 52 estudios también encontraron una mejoría en los síntomas específicos de la enfermedad (74%).
En cuanto a los tratamientos alternativos, la acupuntura y varios tipos de práctica meditativa muestran la mayor promesa de la investigación científica en el futuro. El magnesio, la L-carnitina, y la S-adenosilmetionina (SAMe) demostraron ser beneficiosos en el tratamiento del dolor y otros síntomas asociados con la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica, y se consideraron los de mayor potencial para futuras investigaciones. (Porter 2010).
Uno de estos estudios publicado en el 2007 en "Clinical and Experimental Rheumatology" encontró significativas mejoras en el dolor y la salud general y mental en el grupo de pacientes que tomó la L-carnitina en comparación con el placebo.
Es probable que en el síndrome de fatiga crónica (SFC) múltiples factores promuevan su desarrollo.
Un examen detallado de la literatura sugiere que una serie de deficiencias nutricionales marginales pueden tener relevancia etiológica. Estas incluyen deficiencias de diversas vitaminas del complejo B, vitamina C, magnesio, sodio, zinc, L-triptófano, L-carnitina, coenzima Q10 y ácidos grasos esenciales.
Cualquiera de estos nutrientes podría ser deficiente en los pacientes con SFC, al parecer debido principalmente al proceso de la enfermedad más que a dietas inadecuadas. Es probable que estas deficiencias no solo contribuyan a las manifestaciones del SFC sino que sean perjudiciales para los procesos de curación.
Debido a la rareza de reacciones adversas graves, la dificultad para descartar deficiencias marginales, y a que algunos de los beneficios terapéuticos de los complementos nutricionales pueden deberse a efectos farmacológicos, parece racional considerar complementar a los pacientes con SFC con los nutrientes examinados, junto con un complemento vitamina/mineral general de alta potencia, al menos por un periodo de prueba. (Werbach 2000).
Es fundamental una evaluación médica especializada previa, ya que estos suplementos pueden tener contraindicaciones y efectos secundarios tomados sin control.
Consúltanos para valorar tu caso de forma integral e incorporar estos tratamientos en un plan terapeútico integral.
Dr Juan A Cruz Velarde Neurologia www.neuronae.net