El sueño reparador es fundamental para el establecimiento de la memoria. Un sueño mal organizado con dificultades en alcanzar las fases profundas y de predominio superficial tiene repercusiones cognitivas y conductuales.
No debiera pasarse por alto esta prueba en el estudio del Déficit de Atención e Hiperactividad, así como en la evaluación de problemas escolares.
Alteraciones evidentes del sueño como ronquidos, sueños inquietos y movidos o despertares frecuentes nos marcan la necesidad de este estudio. Pero también la ausencia de estas alteraciones no descarta que el sueño sea correcto y reparador.
Un sueño deficiente en cantidad o en cualidad puede repercutir significativamente en la atención, concentración, alerta, memoria de trabajo, agotamiento, y también en irritabilidad, impulsividad y trastornos de conducta al día siguiente.
Mediante un estudio de sueño nocturno evaluamos las distintas fases del sueño del niño/a, su eficiencia y presencia de anomalías que puedan tener un tratamiento especifico como SAOS, síndrome de piernas inquietas, o movimientos periódicos del sueño u otras.
Dr Juan A Cruz Velarde
Neurólogo
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