Dentro de las diferentes pruebas complementarias que necesitamos realizar en los escolares con posible TDAH y/o alteraciones del aprendizaje escolar , es importante la cuantificación de la latencia y amplitud de la onda P-300, y más concretamente su versión auditiva.
Es una medida útil de la atención y funciones ejecutivas verbales, como complemento de la evaluación de estas funciones que normalmente nos aportan otros test neuropsicológicos que en general se centran en estas funciones pero por la vía visual.
Es una prueba neurofisiológica objetiva en la que se presenta un estimulo auditivo enmascarado entre otros estímulos a diferentes frecuencias e intensidades y el niño/a debe pulsar sólo cuando aparece el estimulo acordado.
Mientras que la latencia de la onda P300 se ha asociado a la velocidad de procesamiento y la dificultad para clasificar estímulos, una menor amplitud del componente P300 se correlaciona con peor rendimiento y mayores dificultades de atención selectiva, control inhibitorio, control de interferencia,distintos tipos de memoria y procesamiento emocional.
Es relevante conocer si estas funciones ejecutivas y atencionales están alteradas en ambas vias: visual y verbal o difieren, ya que esto nos servirá de ayuda para poder establecer un diagnóstico certero y poder programar mejor el programa terapeútico en función de los resultados.
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