La Osteopatía Craneal en las deformaciones craneales del bebé.
Las deformaciones craneales en el bebé son mucho más habituales de lo que la gente en general se imagina; incluso los padres de niños con leves deformaciones craneales creen que su hijo tiene la cabeza “normal”.
Los aplanamientos, hundimientos o las proyecciones óseas en el cráneo del bebé en cualquiera de los huesos que conforman la anatomía craneana, independientemente del aspecto estético, podrían comprimir pares nerviosos craneales, producir escoliosis o tortícolis, problemas de ubicación en el espacio, miedos, agresividad y un larguísimo etcétera de disfunciones provenientes de una deformación craneal.
A veces no está nada clara la procedencia de algunas de las deformaciones craneales y en muchas ocasiones, en cuanto se presenta una cabecita de bebé que haya nacido con fórceps o ventosa, automáticamente se le achaca a dichos artilugios cuando posiblemente no hayan sido los artífices o precursores de dicha deformación. He visto muchas plagiocefalias en bebés cuyo nacimiento se ha producido por cesárea, y a los dos meses se ha empezado a apreciar una deformación. Por el contrario, bebés que han nacido con fórceps o ventosa sin presentar ningún problema proveniente del nacimiento; claro que también los he visto con afectaciones en relación directa a este tipo de aparatos, sin que el simple paso del tiempo haga que la deformación desaparezca.
Conclusión: es la propia capacidad de adaptación o de normalización del bebé, una de dos, la que puede marcar la diferencia: puede ser que se acabe normalizando solo, ayudado por la inercia del crecimiento, o por el contrario, que se adapte a la forma que adopte el cráneo y que el crecimiento afiance la deformación.
No me gusta achacar a agentes externos procesos internos del individuo. No me gusta dar mucho protagonismo, en lo que a deformaciones craneales se refiere, a la forma de dormir u otros motivos del día a día del bebé; por supuesto que todos estos aspectos tienen relevancia pero no me parece que sea lo más importante. Sí me parece que la posición y el “apoyo tensional” del cuerpo entero del bebé en su proceso embriológico, en el vientre materno, gestiona predisposiciones posturales del cuerpo entero como unidad y de manera específica en alguna de sus partes, es decir, que reciben impresiones propias del entorno intrauterino, que quedan registradas, en relación al proceso embrionario.
No olvidemos que estamos hablando de deformaciones craneales y no de malformaciones craneales. Son temas completamente diferentes, es más, me gustaría separar las deformaciones craneales sin sinostosis de las que sí las tienen, hay mucha diferencia: en el momento que una plagiocefalia empieza a osificar un hueso parietal con el frontal del mismo lado, para mí deja de ser, en un porcentaje muy alto, un problema de deformación craneal.
A mi entender, en una primera fase, es la mala alineación tensional intracraneal, acompañada o no de componente genético, la que se ocupa de que prospere una deformación craneal.
El proceso de las deformaciones craneales es verdaderamente insistente hasta que llega a su máxima expresión, las direcciones erráticas son las que manejan y mantienen dicha deformación y la inercia del crecimiento cronifican el trastorno. Normalmente, a partir de los 15 meses más o menos, llega un momento en el que esta deformación empieza a suavizarse pero en muy rara ocasión se normalizan solas, cuando ya están afianzadas, sobre todo si éstas son muy acentuadas, picudas o en el caso de los aplanamientos con hendidura.
La O.C es capaz de invertir las direcciones de la deformación, dispersar los movimientos erráticos y, con la ayuda del crecimiento, normalizar en gran medida o por completo cualquier tipo de deformación.
Separar, dos tipos de deformaciones craneales:
Me gustaría diferenciar y separar, al menos en dos tipos y formas lesionales, lo que considero dos grupos diferentes de deformaciones craneales. Clasifico dos tipos de Plagiocefalias, dos tipos de braquicefalias, dos tipos de Escafocefalia y dos tipos también, de todas las deformaciones craneales procedentes de las mismas, quedan completamente exentas las malformaciones craneales, a mi modo de ver la Osteopatía no las trata.
Quiero hacer esta distinción, por que me parece muy importante que se conozca, según mi criterio, cual de estos dos grupos que he establecido, son realmente susceptibles de mejorar considerablemente con Reorganización Tensional Craneal en Osteopatía Craneal. El primer grupo: -Blandas o tensionales- mejoran considerablemente hasta la completa normalización o prácticamente completa, y el otro grupo de deformaciones no mejoran lo suficiente como para considerar la O.C como un tratamiento resolutivo, si no más bien como un apoyo al casco corrector ortopédico.
He establecido estos dos grupos: -blandas/tensionales- y -rígidas/estructurales-. Por lo que su propio nombre indica; son lesiones de aspecto blando y de tipo tensional las -blandas/tensionales- y las -rígidas/estructurales-, son de aspecto rígido y de tipo estructural. El comportamiento de las lesiones es determinante para poder discernir de qué tipo se trata, la codificación del contenido de la terapia, siempre debería estar en la misma frecuencia para cada caso, me parece realmente necesario para que las sensaciones sean reconocibles, tanto para el receptor como para el emisor, de manera que las sensaciones recibidas por ambas partes, aunque el receptor no sea consciente de dichas sensaciones, éstas son las que determinarán diagnostico y tratamiento prácticamente al unísono.
1ª-. Deformaciones blandas/tensionales.
Las deformaciones de este tipo son principalmente “mal-alineaciones” siguiendo una dirección inadecuada de crecimiento. El origen de este tipo de deformaciones, podría ser el mal apoyo de la cabeza del bebé al dormir, al viajar. Por las sensaciones de los tipos de movimiento que he podido observar en algunos bebés, no veo disparatada la hipótesis de que, en este caso, se trate de vestigios tensionales producidos en el propio proceso embriológico, generando en los primeros meses de vida, la predispuesta deformación. Sea por la causa que sea, en este grupo de deformaciones, no parece haber ningún tipo de carga genética y si la hubiera, podría tratarse de un tercer grupo, mixto, conteniendo componentes de los dos grupos.
A la palpación, son cráneos “flexibles”, moldeables, no ofrecen resistencia o apenas no la ofrecen al hacer contra resistencia cuando realizamos las maniobras de corrección. Reaccionan a la información de cambio de inercia, de las tensiones que soportan la deformación craneal emitida por nosotros;
2ª-. Deformaciones rígidas/estructurales.
Son cráneos con poca movilidad, cuyo limitado movimiento se ve direccionado en el sentido de la deformación, siendo este su movimiento normal. A la palpación se aprecia que la dirección de la deformación –fascial- + el M.R.P convergen, convirtiéndose en un solo movimiento, que es el propio de la forma que toma la deformación, lo podríamos denominar –conformación de movimiento y forma-. A diferencia de las deformaciones -blandas/tensionales-, éstas no atienden de forma eficaz a las normalizaciones craneales indirectas, se suelen resistir a ellas y terminamos redundando en un movimiento de bucle, habiendo perdido la inercia de la normalización de Osteopatía.
Raúl Guzmán.do
Jefe del Servicio de Osteopatía en Clínica VASS.
917507807